Por veredas de sueño y habitaciones sordas
tus rendidos veranos me acechan con sus cantos.
Una cifra vigilante y sigilosa
va por los arrabales llamándome y llamándome,
pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta
pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta
donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo,
si la cifra se mezcla con las letras del sueño,
si solamente estás donde ya no te busco.
Julio Cortazar.
1 comentario:
Hermoso por momentos me parece que somos dos naufragos que nos pasamos arrojando botellas al mar con la esperanza que nos lean y nos conteste la persona indicada.
Desde esta islita te mando un beso de náufrago.
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